Viajamos a este destino con el Tío israelí y el Papá argentino de Sabrina, buscando las raíces de la familia. Con un trajeteo de valijas y redistribuyendo los más de 40kg de la valija de Fran y Sabri que regresaría más tarde a Buenos Aires, tomamos el avión con destino a Lviv, Ucrania.
Al aterrizar un taxi nos esperaba con el famoso cartel de bienvenida pero el extravío de una de las valijas nos demoró aún más el ya retrasado vuelo. Llegamos al hotel a la media noche y estábamos hambrientos. Mientras el resto decidió cenar los snaks del mini-bar, nosotros nos aventuramos al centro en búsqueda de algún lugar que aceptara tarjeta de crédito o Euros. Finalmente el único restaurante que nos abrió las puertas a esas horas fue un hotel 5 estrellas ubicado frente al teatro de ópera donde nos deleitamos con un plato gourmet de ¨ñoquis bebes¨ a precio razonable. Por pura casualidad durante la cena nos sorprendió un tenor famoso de ópera, quien después de su presentación frente a todos, se sentó a nuestro lado para entonarnos una canción a capela.
A la mañana siguiente vino a buscarnos Alex, un investigador profesional quien sería nuestro guía turístico por los siguientes días. Un señor de carácter un tanto prepotente, pero que era ciertamente un libro abierto y había realizado, a pedido nuestro, una investigación profunda sobre los orígenes de la familia Klareich (apellido materno de mi papá) en la zona. Con la intención de estar cercanos a los lugares que deberíamos visitar, nos mudamos a la ciudad de Ivano-Frankivsk en donde pasaríamos los siguientes 2 días.
El tío Carlitos se movió rápido y consiguió una entrevista con el rabino oriundo. Contaba con mucha información de primera mano, y registros sobre la historia de los judíos en el área pero prácticamente se habían «extinguido» casi al 100% luego de la invasión nazi. Lo cierto es que no logramos conseguir datos útiles sobre nuestros antepasados.
En la camioneta rentada, y manejada por un chofer, iniciamos un paseo por el interior de Ivano-Frankivsk hasta llegar a la pequeña villa de ¨ Lackie Szlacheckie¨. Fuimos a la municipalidad donde el intendente muy emocionado nos recibió con los brazos abiertos y movió cielo y tierra para encontrar algún tipo de contacto con nuestro pasado.
Longevos en Ivano-Frankivsk Unico templo que quedó en Otinya
Visitamos prácticamente a todos los habitantes de la villa, incluso la persona más longeva del pueblo se acerco voluntariamente para que la entrevistemos. Finalmente, encontramos una referencia al apellido en un libro de un historiador del pueblo que nos llevó hasta los remanentes de las tierra en donde alguna vez yacía el hogar de los Klareich , (El bisabuelo de Sabrina). Visitamos también la única sinagoga que quedaba en pie, y lo que alguna vez había sido la calle donde se alojó el negocio familiar.
Seguimos camino a Ottnya en donde se cree que nació y se sabe que vivió Perla (abuela paterna de Sabrina). Allí nos reunimos con un historiador local que estaba al tanto de nuestra búsqueda. Nos llevó en un mini-tour improvisado por la ciudad donde caminamos los pasos históricos y barajamos teorías de donde ella pudo haber estudiado, pero dadas la destrucción de la documentación y la pérdida de registros, fue imposible localizar su antiguo hogar con exactitud.
Buscando las raíces Klarreich Inestigando nuestro pasado
Nuestro último paseo en Ucrania, lo dedicamos, junto al guía, a recorrer el gueto, cementerios, monumentos, mercados, arquitectura clásica y lugares famosos en los alrededores de Lviv. El diamante genuino de la Europa del este parece un museo a cielo abierto con sus más de 2000 piezas arquitectónicas históricas y monumentos culturales que se encuentran bajo la actual supervisión de la UNESCO.
Esperamos casi hasta la medianoche para tomarnos un moderno tren nocturno con confortables camas en cubículos triples, que nos llevaría a nuestro próximo destino: Cracovia en Polonia.