Casi todos los viajeros pasan por aquí solo como un paso al próximo destino, pero Ollantaytambo es mucho más que una estación de tren. Es, de hecho, el único pueblo inca que continúa habitado y donde se respira la cultura viviente más importante de Perú.

Para Septiembre de 2016 estábamos en Perú, de mochileros (sin hijos) y bajábamos hacia Argentina después de 2 años de viaje por el mundo. Fieles a nuestro interés cultural investigamos cada uno de los sitios que queríamos conocer, y Ollantaytambo llamó especialmente nuestra atención.

Como siempre, viajábamos sin reservas ni cronogramas lo que nos permitió ser muy flexibles y pasar 2 noches en este museo a cielo abierto.

Para muchos una parada de camino a Machu Picchu y para nosotros una joya escondida en el Valle Sagrado. Caminar por Ollantaytambo es como viajar en el tiempo y vivir en el auténtico pueblo inca de antaño. Sus edificaciones se mantienen bien conservadas, su gente no perdió la esencia. Sus tradiciones se respiran a cada paso.

Esta ciudad inca viviente es conocida por sus ruinas, pero hay mucho encanto más por descubrir. Su gente tiene rasgos muy característicos y cuanto más subís en la montaña, más típica la vestimenta y menos contaminada su cultura. Es la sensación de  estar moviéndote en una escenografía de película perfectamente montada. Pasar la noche aquí es una experiencia incomparable y sentarse en la plaza a observar el movimiento es la mejor actividad que te ofrece este destino.

Qué visitar en Ollantaytambo

Ruinas arqueológicas

Muestran lo que fue un gran centro administrativo, que cumplió también funciones militares y de fortaleza. Se pueden apreciar sus murallas que protegen una antigua civilización entre montañas, y que fue escenario de batallas y testigo algunas de las derrotas incas a mano de los españoles.

Las piedras incas fueron traídas desde Urubamba  (6 km de Ollantaytambo) e incluso cambiaron el curso del río para lograrlo. Este centro arqueológico tiene un ticket de ingreso, pero para los bolsillos mochileros pueden ir gratuitamente hasta las ruinas de la montaña que brindan paisajes increíblemente únicos y valen mucho la pena.

Ruinas de Pumamarca

Ruinas gratis y para vos solo! (Y alguna que otra llama o alpaca)… Podes tomar un taxi o mejor ir caminando…. 3 horas rio hacia arriba en caminos seguros con gente y casitas. No es muy exigente y los paisajes te permiten hacer paradas a descansar muy reconfortantes. Cuando llegas tenes un paraíso para vos solo…no hay mas que animales y gente local en el pueblito cercano. Imperdible! Llevate agua y algo de comer.

El pueblo Ollantaytambo

Caminar sin mapa… Verás estructuras conservadas, calles estrechas con nombres incas, canales de agua, por donde discurría el agua limpia y potable para el uso de la población, restaurantes, albergues, hoteles y chicherías.

Allí donde se vea un palo con bolsa roja es el “bar” de pueblo llamado Chichería, donde venden únicamente la típica chicha hecha a base de maíz fermentado, servida desde barriles, hechas usualmente por las mujeres y compartidas con los locales que se toman un vasito a cualquier hora del día para recuperar energías. Una larga mesa con mantel de plástico y muchas moscas sobrevolando son la invitación a una parada obligada.

Willoq y Patacancha

Sus habitantes conservan el estilo tradicional de vida de los primeros andinos y no sólo visten sus trajes, sino que también muestran sus costumbres y tejidos al visitante, al que permiten participar de sus actividades. Si bien hay agencias de turismo vivencial que ofrecen este recorrido, nosotros tomamos un minibús público y fuimos por nuestra cuenta. Vimos un partido de futbol, tomamos una chicha y disfrutamos la autenticidad del lugar.

Caminar hasta Aguas Calientes

La alternativa más elegida, más cómoda y costosa para llegar a la base del Machu Picchu es ir en tren. La opción para aquellos que además de su economía tienen un espíritu aventurero como nosotros, es ir caminando. Un camino plano, fácil y rodeado de naturaleza de aproximadamente 28km (6 hs en paso moderado).

Y si al otro día seguís con energía para caminar un poquito más, podes subir hasta la ciudadela de Machu Picchu caminando, un trayecto de una hora y media completamente empinado y agotador. Si preferís, podes tomar uno de los buses que parten desde Aguas Calientes y que tardan alrededor de 20 minutos en llegar a la ciudadela pero la satisfacción de llegar a la cima solo te la dará la primera opción.

Viajar a este tipo de pueblos menos explotados turísticamente ayuda a la gente local a su economía y desarrollo y como si fuera poco nos abre la mente, nos asombra y nos enriquece el alma. Viajemos conscientemente, respetemos las diferencias y hagámoslo con un propósito…viajemos de manera sustentable y convirtamos al mundo en uno solo sin fronteras.

Esperamos haberte despertado el espíritu viajero y recordá que Ollantaytambo es mucho más que una simple estación de tren.

Te esperamos en Instagram para actualizar nuestras aventuras