Con algo de tiempo de sobra antes de la boda familiar que nos llevó hasta este país, decidimos tomarnos unos días de relax en las costas del Mar Rojo.
Por eso es que atravesamos todo el país en bus hasta su extremo sur donde Israel bordea con Jordania y Egipto. A unos 352 kilómetros de Tel Aviv se encuentra la ciudad de Eilat, un oasis en el desierto, es el blanco de turistas Europeos en busca de calor, aguas frías cristalinas y tranquilas semejantes a un río, buena comida de mar y lujosos hoteles que a primera vista se pueden comparar con los de Las Vegas.
Nos alojamos en un peculiar hostel cerca de la estación de colectivo a donde solo volvíamos para dormir, ya que el resto del día estábamos echados en reposeras disfrutando del esnórquel y apreciando el paisaje que nos rodeaba compuesto por montañas que cambiaban de color con la luz del sol y se iluminaban por pequeñas luces durante la noche.
Para nosotros es un MUST DO, es una ciudad hermosa y llena de actividades donde con frecuencia se atisban mamíferos acuáticos y es un lugar ideal para practicar submarinismo. Si vas, no podes perderte la reserva natural de Coral Beach que tiene rutas subacuáticas entre arrecifes repletos de peces. Quedarse a ver un atardecer allí observando las montañas de Jordania son de las mejores postales que recordamos.
Cerca de allí, el observatorio del Parque Marino de Eilat tiene un centro de observación acristalado sumergido, a poca distancia de la costa que vale la pena disfrutar y ahi cerquita se puede nadar con delfines.
Pasear por tierra también merece la pena, su costa con mercados, artesanías y exquisita gastronomía, sus shoppings, hoteles de lujo y onda fresca que caracteriza este paraíso.
Desde Eilat hay varios tours que merecen la pena hacer si tu presupuesto no es tan ajustado como el nuestro, y es que en un viaje de tanto tiempo (2 años) cada dólar cuenta, y mucho! El Cañon Rojo es uno y el que más nos costó negar es Jordania/Petra…
Hace casi 6 años Sabrina lo visitó con su familia y asegura que vale la pena ir, pero para nuestro bolsillo se hizo imposible. Es un tour que venden en varios formatos: 1 o 2 días, visitando Petra, durmiendo en el desierto junto a beduinos, con guías de turismo y traslado incluído.

Israel no es un país barato, por el contrario, comer, hospedarse y hacer turismo es muy costoso. Nosotros lo hicimos a través de Couchsufring y con familia principalmente lo que ayudó a equilibrar nuestro presupuesto mochilero. Si el dinero no es un limitante, este país es una joya lleno de cultura, historia y exquisita gastronomía.